Milio Mariño
Bajó el pan? ¿Te pusieron anchoas de Santoña o jamón de Joselito como pincho de la casa con la caña o el vermú? ¡Pues entonces?! Era lo primero que me decía un señor de derechas cuando ganaba la izquierda. Qué usted diga eso, don Marcelino? Y más te voy a decir? Votes a quien votes no cambia nada. Da igual que gobierne Pepe que Juan. Yo soy de derechas por estética más que por otra cosa, pero estos patanes no merecen ni que les vote. Fíjate si serán torpes que dicen, sacando pecho, que son la derecha sin complejos. No se dan cuenta de que, dicho así, equivale a decir sin escrúpulos.
Me acordé de don Marcelino porque todo fue ganar el PP y no solo no bajó el pan ni me pusieron anchoas de pincho, sino que la Bolsa cayó en picado, el euro empezó a cotizar por debajo de los 1,40 dólares y las primas de riesgo sobrepasaron los 266 puntos básicos. Es decir, que al día siguiente de que llegaran los que iban a salvarnos la economía volvió a toser como si la obligaran a tragarse otro sapo.
Para mi no da igual que gobiernen unos que otros pero me temo que después de las elecciones, de estas y de las otras, todo seguirá lo mismo o incluso peor. Los que decían que si cambiábamos al alcalde y poníamos a uno del PP salíamos de la crisis, ahora nos vienen con que votando de nuevo, y haciéndolo como en las municipales, es como se soluciona el problema. Aquello era una boutade y esto un chiste sin gracia porque lo que realmente haremos será renovar nuestro entusiasmo. Hombre, a ver si estos? Pero, pasados seis meses, estos harán que nos acordemos de los otros y los echemos de menos.
Esa es la historia. La imperiosa necesidad de tener un mínimo de ilusión es lo que nos empuja a pensar que las cosas pueden cambiar. No obstante, a poco que reflexionemos, enseguida caemos del guindo. Enseguida nos damos cuenta de que el PSOE es un partido de izquierdas que hace méritos para parecerse a la derecha y el PP un partido de derechas que pretende engatusarnos diciendo que hará lo que no hacen los partidos de izquierdas: defender el Estado de Bienestar, proteger a los más desfavorecidos y aumentar el gasto social.
Los dos dicen lo mismo y coinciden en lo que callan; que ninguno tiene alternativas al modelo económico que nos ahoga y causa nuestra desdicha. No las tienen porque ambos están de acuerdo en lo que no entendemos y rechazamos la mayoría, en proporcionar a los banqueros y a las elites financieras los medios y las leyes que les reclaman para seguir haciéndose más ricos. De modo que la posibilidad de elección que nos brindan es irrisoria. Nos dejan elegir la cara de los gobernantes, pero por lo que se refiere a las demandas de los poderosos y la suerte de los más débiles no tenemos elección posible. Es por eso que, a pesar de haber votado el pasado 22 de mayo, este lunes 30 voy a votar de nuevo, sacando 155 euros del cajero automático, que es la urna que más les duele. No sé si servirá de mucho pero, por lo menos, voy a darme el gusto de votar en contra de los bancos, que son los verdaderos culpables.
Milio Mariño / Artículo de Opinión / La Nueva España
No hay comentarios:
Publicar un comentario