lunes, 17 de octubre de 2011

Los números cantan

Milio Mariño

Desde muy antiguo he oído decir que los números cantan. Yo me lo creo. Estoy convencido a pesar de que hubo quien hizo la prueba, cogió un puñado de números, los metió en una jaula, les puso lechuga, agua y alpiste, los sacó al sol, y no dijeron ni pío. Nada, ni un trino. No sé, quizá tuvieran un mal día, pero sigo creyendo que cantan. Habría que ver quien era el dueño, como era la jaula y que razones tendrían para no abrir el pico. Habría que saber el motivo, pues hay números que se arrancan por Pedro Guerra, cantando Contra el Poder, y resulta que el dueño quiere que canten España cañí.

Los míos, unos que el otro día se dejaron ver de improviso, me cantaron que destinamos 9.000 millones de euros para las fuerzas armadas y 6.800 para la iglesia católica. Es decir que entre curas y soldados se nos van 15.800 millones de euros.
Es lo que tiene sentarse a la sombra y oír cantar a los números. Sobre todo si, como en mi caso, uno se limita a escuchar y les deja cantar lo que quieran. Así fue que siguieron cantando cosas como que el Gobierno le dio, de propina, a la iglesia una subvención de veinticinco millones de euros, para la visita del Papa, y acabaron con el estribillo de que la iglesia casi nos cuesta lo que nos cuestan las fuerzas armadas.

Los números, en contra de lo que algunos piensan, y quieren hacernos creer, no son caprichosos, son de una racionalidad pasmosa. Se me ocurrió advertir que no entendía por qué juntaban al ejército con la iglesia y respondieron con una lógica que me dejo estupefacto: los metemos en el mismo saco porque son gastos de defensa. El ejército nos defiende contra una hipotética invasión externa y la iglesia contra los ataques del diablo y los enemigos de la fe cristiana.

No se me había ocurrido pero tiene sentido. Eso explica que ninguno de los candidatos, de los principales partidos que se presentan a las elecciones, hable de recortar lo que se destina al ejército y a la iglesia católica, más allá de un porcentaje simbólico. Nada de tijeretazo, la defensa es lo primero, primero que la sanidad, la enseñanza, las pensiones y el gasto social.

Sorprendido de que los números cantaran de ese modo, eché en falta que no hicieran referencia al rescate de los bancos y lo incluyeran también como gasto de defensa. Ahí se les vio el plumero, no obstante sigo pensando que es preferible dejarlos que canten a tapar la jaula y decir que es mejor tenerlos tapados hasta que escampe la crisis. Entre cante y cante uno se entera de lo que no sabia, se entera de que Cáritas consta como una ONG y se financia con cargo a la casilla del 0'7, entre otros ingresos, y no, como yo creía, por donaciones de la iglesia católica. La Iglesia apenas destina recursos a paliar la crisis social. En el pasado ejercicio obtuvo 250 millones de euros, de quienes la consignaron en su casilla del IRPF, y solo aportó 4, a Cáritas.

La sensación que uno tiene es que los números están ahí y siguen cantando como cantaron toda la vida pero hay tanto ruido que unas veces no los oímos y otras estamos tan distraídos que no sabemos de qué va la copla.

Milio Mariño / Artículo de Opinión

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