viernes, 22 de enero de 2010

La miopía del ordenador como la del masturbador

Una prueba evidente de que los políticos son más tontos ahora que en ninguna otra época es su desvergüenza. Hace unos años, no demasiados, a ningún político se le habría ocurrido decir que los niños que usen un ordenador personal acabarán siendo miopes. Antes tenían más cuidado de no decir tonterías.Eran conscientes de que los ciudadanos habíamos espabilado lo suficiente como para saber que la miopía no se genera por el uso de ese aparato ni tampoco del otro; de aquel que, según los curas, podía dejarnos ciegos si insistíamos en la costumbre de tocarnos entre las piernas.

En aquel tiempo, pongamos hace veinte años, políticos y ciudadanos íbamos, mal que bien, a la par.Ahora no. Ahora la sociedad evidencia un desapego y una desconfianza, hacia quienes se dedican a la política, que debe entenderse no como un tópico, sino como la consecuencia de un proceso degenerativo propiciado por la excesiva acumulación de poder, la no autocrítica y, sobre todo, de haber perdido la desvergüenza y vivir muy al margen de la sociedad. Solo así se explica que alguien sea capaz de decir que los niños que usen un ordenador personal, con una pantalla de diez pugadas, corren el riesgo de quedarse miopes. Y quien lo dice no es cualquiera, es el Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid. Un político, alto cargo de un partido, el PP, que trata de convencernos de que ellos gobernarían mejor.

Indicios que desbaratan semejante hipótesis hay para llenar varios folios. Este que comentamos es, solo, una muestra, una más, de las muchas tonterías que suelen decir algunos políticos con mando en plaza.
Quienes mandan en la Comunidad de Madrid han decidido que los niños madrileños no tengan ordenador. Consideran, junto con los de la Comunidad Valenciana, que el modelo de "portátil" que propone el Gobierno perjudica la salud visual. Excusa con la que tratan de darle una bofetada a Zapatero y acaban dándosela a los niños.

No es nuevo que los políticos de ciertas Comunidades utilicen lo que haga falta para dejar patente su enfrentamiento personal con el Presidente del Gobierno,aunque ello suponga restar servicios y derechos a los ciudadanos.
Una primera reflexión podría llevarnos a pensar que si los votantes de dichas Comunidades están dispuestos a renunciar a determinados bienes a cambio del placer de ver a sus líderes insultando a Zapatero, allá ellos. Podría ser una reflexión válida si no fuera que también se quedan sin prestaciones quienes no los votan o no están de acuerdo en que se les utilicie para dejar patente el enfrentamiento. Y son muchas las víctimas.

Las víctimas son quienes tienen menos recursos. Los que tienen posibles mandan a sus hijos a buenos, y caros, colegios de pago y les compran ordenadores de última generación. Ese es el tema. Una cuestión que viene a sumarse a la actitud de esas dos Comunidades, la madrileña y la valenciana, en cuanto a las trabas que están poniendo para aplicar la Ley de Dependencia. Se agarran a las excusas más peregrinas para negarles, a los más necesitados, las ayudas a las que tienen derecho y que Zapatero no se apunte el tanto.

Tamaña desvergüenza no era pensable hace unos años. Había más respeto Institucional y más respeto por los ciudadanos. Por eso que la impresión que uno tiene, cuando ve todo esto y oye cosas como que los ordenadores producen miopía, es que nos toman por tontos. De ahí que parezca oportuno dejar constancia de que los tontos son ellos por más que alguien les haya elegido para gobernarnos.

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