lunes, 8 de noviembre de 2010

Kilos en sueldos y teléfonos

Milio Mariño

Había prescindido, hace ya mucho tiempo, de saber lo que ganan los políticos. Prefería no saberlo. Y eso que siempre fui partidario de que estuvieran remunerados con generosidad, sin esa tacañería absurda que algunos exigen cuando se trata del prójimo o de algún cargo público. Pero, claro, una cosa es que los políticos tengan un sueldo decente y otra distinta que el Alcalde de un concejo de 10.000 habitantes, como es el caso de Gozón, cobre 60.000 euros al año.

Justamente por eso, por no cabrearme cada vez que leía lo que ganaba tal o cual político, había prescindido de saber lo que ganan. No me interesaba. Pero, ya saben, basta que uno muestre desinterés por algo para que insistan en qué tiene que interesarle. El caso que así, sin buscarlo, me encontré con una entrevista en la qué Rajoy decía: «Pues yo debo ganar unos seis mil y bastantes más euros netos al mes, más la asignación de casi 3.000 euros por mi condición de diputado». Ahí va la leche, este no solo no se ha bajado el sueldo sino que se lo ha subido un treinta por ciento. Pensé. Y lo que más me llamó la atención, y me cabreó, fue que Rajoy lo dijera como si no supiera lo que ganaba o le importara un pimiento.

En principio, me pareció que ganaba mucho pero viendo lo que gana María Dolores de Cospedal, que está por debajo en el escalafón, resulta lógico que su jefe la supere y pase de los 250.000 euros al año; cuatro veces más de lo que gana el Presidente del Gobierno.

No crean que aprovecho para cargar, de nuevo, contra el PP. No, ni mucho menos. Me limito a reproducir lo que algunos de sus dirigentes manifiestan, de forma muy natural, sin que les tiemble el pulso. Sé que hay alcaldes, del PSOE y del PP, que pasan de los 100.000 euros al año. Y sé, también, que el parque de coches oficiales y teléfonos móviles, en los Ayuntamientos y en las Comunidades, sean del signo que sean, es como para echarse a temblar. Aquí mismo, en Castrillón, andan a vueltas con la reducción del gasto y con qué si serán pocos o muchos los 50 móviles que paga el Ayuntamiento. Pero es que en Andalucía hay 37.831 móviles corporativos cuya factura paga, todos los meses, la Junta. Han leído bien, 37.831 móviles. Echen cuentas y verán: un disparate, solo, en teléfono. Luego sumen coches oficiales, cargos de confianza, comidas de trabajo y hasta la insólita factura, de 6.112,24 euros, que pagó el Ayuntamiento de Villalbilla por una línea erótica. Es decir que, viendo lo que siguen gastando, no es que se hayan enterado tarde de que la crisis amenaza con devorarnos, es que creen que la crisis no va con ellos, que solo la tenemos usted y yo.

Que el Jefe de la Oposición gane cuatro veces más que el Presidente del Gobierno, que La Junta de Andalucía pague 37.381 teléfonos móviles, que la Comunidad presidida por Esperanza Aguirre tenga 156 coches oficiales y que el alcalde de un pueblo de 10.000 habitantes cobre 60.000 euros al año, son apenas cuatro detalles de un disparate nacional que nadie parece querer atajar. Lo curioso del caso es que los partidos políticos, todos los partidos, dicen que depende, solo, de nosotros que salgamos de este embrollo.

Milio Mariño / Artículo de Opinión / La Nueva España

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